
Carlos tiene 65 años, vive con su familia en Madrid. Lleva viviendo con el cáncer de pulmón desde 2013.
Lo 1º ser consciente del diagnóstico que te han dicho y ser consciente de que no hay que echarse para atrás, sino que hay que echarse para adelante.
Estas son las experiencias, ideas y puntos de vista de cada persona concreta que se presenta aquí. Tu propia situación puede ser distinta, y esas ideas pueden no ser adecuadas para ti.
Tengo 65 años, he tenido una vida personal y profesional, hoy más personal que otra cosa porque la profesión ya se acabó.
Todo empezó por un catarro.
Yo soy una persona de visitar a los médicos lo menos posible, y fue la insistencia de mi mujer, y después de una visita al médico de cabecera y un tratamiento, que ya no hizo falta que me siguiera machacando.
Al toser me doblaba, un dolor en el costado derecho que me hacía doblar y fui a la doctora. Me puso un tratamiento para el catarro, pero tras 1 semana no me había hecho efecto. Me hicieron una radiografía de tórax, y la doctora dijo: “yo no soy especialista en estos temas, pero mi experiencia me dice que esto es una masa muy amplia de tamaño en un sitio muy crítico, no te voy a asustar, pero me da mala espina”, ella no dijo la palabra cáncer, pero lo dio a entender.
Enseguida diagnosticaron y vieron la biopsia y ya pudieron poner nombre y apellidos al tumor y dijeron que había que actuar rápido para evitar que traspasara la pleura o al ganglio.
El “nombre y apellidos” lo pusieron entre el departamento de neumología y el de oncología, de entrada, con la biopsia diagnosticó que era maligno, que efectivamente tenía 22 cm, que ocupaba el lóbulo superior del pulmón derecho, y que lo otro, de momento, no estaba afectado.
Lo primero es ser consciente del diagnóstico que te han dicho y ser consciente de que no hay que echarse para atrás, sino que hay que echarse para adelante.
Lo primero que yo echaría en la mochila sería positivismo, fuerza, entereza y yo diría que actitud, para mí es tan importante eso como el propio tratamiento, no puede ser que el bicho te domine, siempre tienes que estar dándole pulso al bichito y si es posible decirle bichito, no bicho.
Los especialistas de oncología te transmiten tranquilidad, se preocupan en algún caso excesivamente, hay una interrelación paciente-profesional muy de tú a tú, pero a todos los niveles, a nivel oncólogos, a nivel enfermería y hasta nivel administrativo.
Cuando estás esperando consulta o en la analítica y hablamos entre los pacientes, somos muy respetuosos con lo que nos comentan los oncólogos. Tenemos en cuenta que cada tumor es diferente, cada tratamiento es diferente, de que cada persona es diferente y de que cada organismo es diferente, no solemos hablar de si “a mí me va muy bien”.
Ahora estoy con un nuevo tratamiento que ya no limita tanto como el primero.
El 1º no disminuyó la actitud que tenía ante la enfermedad porque no he sentido ningún efecto secundario negativo, el único que tenía, era la caída de pelo, pero es que ya no tenía pelo o sea que me daba igual.
Ahora ya es más relajado, ahora estoy participando en un ensayo clínico con inmunoterapia que puede ayudarme y que sirve también para ayudar a otras personas como yo. Pensé ¿por qué no?, ¿por qué no colaborar?, ¿qué pierdes?, ¿qué ganas? ¡Mucho hoy! ¡y a lo mejor mañana!, y por eso firmé rapidísimo.
Hay que vivir el presente a tope, a vivir día a día con una actitud a tope, como le dije una vez a un oncólogo, yo soy de Madrid, desgraciadamente he tenido 2 enfermedades en un corto tiempo, una la detección del tumor y otra al poco tiempo un infarto y digo, como soy de Madrid tenemos 7 vidas, 2 ya las he agotado, pero tengo 5 por agotar que las voy a disfrutar a tope, esa es mi intención y ese es mi objetivo.
He visto que la actitud y el propio convencimiento es tan importante como el tratamiento, pero no por mí mismo sino por la opinión de los propios oncólogos.
Lo más importante para mí es la familia, ser honesto conmigo mismo y tener amigos así de claro, relacionarme.
Tengo a mi mujer, Teresa, tengo 2 hijas, Nuria y Silvia, las 2 están independizadas, pero la relación y el contacto es total, básicamente…, vamos el contacto telefónico todos los días varias veces y el personal, el físico, básicamente 2, 3 veces por semana, a veces casi, casi diaria.
Ante la enfermedad hemos estado muy unidos y en ese intervalo ha aparecido mi nieto que interacciona contigo y te estimula, es un motivo más para tirar para adelante.
Es un error no hablar con tus amigos, con tu familia de forma clara para, y entre todos afrontar, de la mejor forma posible, el camino que nos espera.